"Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran, sino que la vida los obliga otra vez y muchas veces a parirse a sí mismos..."
Hermosas y sabias palabras del gran Gabriel García Marquez, fragmento de su novela, "El amor en tiempos de cólera".
Al leerla me resonó e inmediatamente la marqué en mi libro para escribir algo al respecto.
Pues, gracias a Dios, esto es así.
Todos volvemos a nacer de una u otra manera, somos cuasi-aves fénix que resurgimos de las cenizas. Queriendo o sin querer, por voluntad, fuerza del destino o golpes de la vida.
Renacemos en el amor, en la mirada hacia la vida. Renacemos en cuerpo y alma, en mayor o menor grado, nadie queda exento, más o menos desapercibido, claramente doloroso o felíz renacer.
He renacido mil veces, porque otras tantas me he caído.
Imagino que para algunos las cosas son más fáciles, pues yo me enorgullo, entonces, de superar lo difícil, pues me he propuesto ser una guerrera de la vida, una guerrera de la luz, no importa cuan arduo sea, ni cuantas veces caiga, siempre hay algo o, en el mejor de los casos, alguien, por quien levantarse y seguir peleando.
Respirar profundo, sentir el sol en la cara, la brisa suave, un saludo del señor...
Afortunadamente tenemos la capacidad de cambiar, de mejorar, de hacernos una mejor persona...
De hacernos de un mejor entorno, sin gente tóxica.
La posibilidad de crear mi propia felicidad.
(via)
