Sarah era una justiciera de la noche, cual Batman en su batimóvil, atrapaba delincuentes y malhechores que nadie lamentaba, excepto por sus secuaces.
Aquella noche la fueron a buscar y aunque asustada, supo actuar. Al tomar el teléfono llamaría a su agencia, centro de inteligencia al cual pertenecía, para que le envíen refuerzos ya que su sistema tenía fallas de procesos de datos por un cortocircuito en su brazo androide, lo que le generaba sentimientos inadecuados y súbitos, como el miedo o la furia.
Por tanto salió en búsqueda de aquellos mal vivientes, cosa a la cual estaba acostumbrada, pero, nuevamente, su sistema falló y no midió correctamente el peligro, cruzó esa calle sin mirar y un camión despedazó su moto, y su cuerpo...
Afortunadamente los científicos pudieron recomponerla una vez más y su trabajo no ha cesado.
